ADN Retiro
Me has visto crecer y estoy agradecida porque formas parte de mi. La accesibilidad, comunicación y diversidad han sido factores decisivos para hechar raíces. Puedo hacer todo lo que se me antoje, desde lo más simple (ir a la peluquería) hasta darme el capricho más exigente (comprar un ático con vistas al Parque del Retiro). Para mí es un privilegio poder ser parte de tí.
Es mi ADN. Retiro eres testigo y cómplice del paso del tiempo y del hoy, ya que a pesar de ser estresante por tu bullicio y caos, tienes tantas posibilidades que es imposible no quererte.
Cuentas con amplios espacios urbanitas y zonas ajardinadas que invitan a disfrutar y callejear. El Parque del Buen Retiro es un remanso de paz y naturaleza donde conviven flora y fauna, actividades recreativas al aire libre, artistas callejeros que comparten música o habilidades, y una miscelánea de personas que pasean, terracean o simplemente observan lo que acontece a su alrededor.
El barrio de Salamanca, Atocha o la Puerta de Alcalá están cerquita. Puedes ir andando, en transporte público o en patinete, eso ya como prefieras. Lo importante es que hay infinidad de posibilidades para moverte y llegar en un 'plis'.
Retiro nunca duerme, porque cuando cae la noche continúa la vida. Aquí siempre hay algo que hacer y sentir. Es una distrito activo, dinámico y de cultura inquieta. Son las personas las que hacen que pasen cosas que merezcan la pena. Y en Distrito Retiro sabemos mucho de eso. Los protagonistas indiscutibles que favorecen la desconexión son el tapeo y el compadreo.
Gente corriente que va a lo suyo, espabilada y activa. Aquí prima la variedad, no solo hay madrileños. Gente de diferentes generaciones, sexo y procedencia. Multicultural. Hay espacio para todos. Por alusiones, en Retiro hay madrileños. Y dicen de nosotros que nos sobra chulería. Pues que queréis que os diga, chulos hay en todas partes y este distrito no iba a ser una excepción. Pero sin etiquetar, por favor.
Trabajo, hogar y familia. Pero lo mejor es que es una zona de Madrid que me permite aunar tres elementos fundamentales en mi vida:
Trabajo. El ir a la oficina andando y tardar 7 minutos, no tiene precio. Desde que salgo del portal hasta que paso los tornos de acceso, me da tiempo de escuchar dos canciones en Spotify; tan solo cruzando un semáforo.
Hogar. Vivo donde quiero y como quiero. A mi estilo y con sus particularidades. Casa minimalista con piscina y zonas ajardinadas, con otros servicios que hacen de ella un lugar acogedor donde soy yo misma. Mis gustos, mi (des)orden, mi todo.
Familia. En la misma calle, en la acera de los pares, vivimos varias personas de mi entorno familiar. ¿Casualidad? Simplemente, que nos gusta el barrio.
Poco más que añadir 😉
